¿La IA reemplazará a los formadores? Desmontamos los mitos más comunes

La inteligencia artificial (IA) ha irrumpido con fuerza en todo nuestro entorno. En nuestro día a día cotidiano la IA está muy presente, tanto en la parcela profesional como en la privada, y en muchas ocasiones de forma imperceptible, como en las recomendaciones personalizadas de las plataformas de streaming, la domótica o en los sistemas de navegación GPS.
El ámbito de la formación es uno de los más beneficiados por el impacto de la IA en nuestras vidas. Sin embargo, a menudo suscita una mezcla de miedo y curiosidad alimentada por algunos mitos sobre IA.
En otros artículos hemos explicado las ventajas del uso de la IA en empresas, concretamente aplicada a la capacitación, y como la automatización del aprendizaje aporta importantes beneficios a las organizaciones y a los equipos.
En este artículo queremos desmentir los principales mitos sobre IA en la formación corporativa y destacar su verdadero impacto.
Mito 1: "La IA eliminará el rol del formador"
No hay duda de que la IA ofrece un amplio panorama de posibilidades de personalización e incremento de la eficiencia formativa. A la par, surgen voces temerosas con la idea de que la automatización del aprendizaje reemplazará a los formadores humanos, eliminando la creatividad o la intención de las acciones que se llevan a cabo, características intrínsecamente humanas.
Lejos de ello, la automatización del aprendizaje sirve para potenciar el rol del formador. La incorporación de la IA en la formación corporativa permite a los tutores de la formación automatizar las tareas más monótonas y repetitivas para centrarse en la guía, motivación y empoderamiento de los empleados.
Dicho de otro modo, la IA no elimina, la IA transforma el rol del formador, asumiendo funciones como la creación de contenidos personalizados o ejecutando evaluaciones interactivas sobre el progreso del aprendizaje, mientras impulsa la labor del formador en la creación de entornos de aprendizaje enriquecedores, adaptados al contexto propio de la empresa y alineados con sus valores e identidad.
Mito 2: "La formación con IA es impersonal"
Contradiciendo el mito que afirma que la formación con IA es impersonal, cabe decir que la personalización es el elemento clave de la automatización del aprendizaje.
Al integrar la IA en empresas se debe realizar un diagnóstico de competencias y establecer una estrategia para aprovechar al máximo los beneficios que ofrece el avance tecnológico.
- Identificar las brechas de habilidades en los diferentes equipos.
- Examinar las necesidades únicas de cada área de trabajo.
- Diseñar programas de capacitación flexibles que se adapten a cada uno de los usuarios.
- Aprovechar el análisis de datos y las métricas de rendimiento en tiempo real para optimizar el proceso formativo y un aprendizaje eficaz.
- Promover una cultura organizativa de capacitación continua.
La IA en empresas es una valiosa herramienta que permite personalizar la formación gracias a la capacidad para realizar ajustes inmediatos y perfeccionar el aprendizaje individual, algo imposible de hacer con la formación tradicional.
La IA en empresas no desvincula a los formadores de la acción formativa. Antes bien, los formadores mantienen la responsabilidad de supervisar el diseño de experiencias de aprendizaje alineadas con las expectativas y requerimientos de los empleados y con los objetivos estratégicos de la empresa, evaluar el efecto de las innovaciones tecnológicas en el desarrollo del talento, recoger el feedback de los equipos y fomentar un entorno de capacitación atractivo y dinámico.
Mito 3: "Es solo para grandes empresas"
El alto coste de la tecnología es otro de los grandes mitos sobre IA. La IA en las empresas ofrece una gran oportunidad para mejorar la eficiencia operativa y este hecho no se limita solo a las grandes organizaciones.
La denominada democratización de la IA permite a todas las empresas beneficiarse de una tecnología esencial para seguir siendo competitivas y relevantes en sus respectivos sectores.
La implementación de la IA en las empresas consigue optimizar los recursos y maximizar el retorno de la inversión. Las opciones y la accesibilidad a las diversas herramientas tecnológicas son amplias y accesibles para todos y su aplicación en la automatización del aprendizaje no se queda atrás.
Mediante tecnologías como los asistentes virtuales y la IA generativa, es posible crear materiales de formación a medida de los requerimientos formativos de cada empresa, disminuyendo el tiempo y los costes destinados a la capacitación.
La combinación ideal: IA + factor humano
Establecer un equilibrio entre el factor humano y la IA en empresas es fundamental para lograr los objetivos de capacitación, pues, como hemos explicado, el papel de los formadores es indispensable para enfocar la automatización del aprendizaje acorde a los valores corporativos, como el bienestar de los empleados.
La tecnología formativa se integra en la empresa para facilitar las tareas y optimizar los recursos, no para reemplazar la siempre necesaria interacción humana.
Los recursos que ofrece la IA fomentan una retroalimentación continua y contribuyen a crear un entorno de aprendizaje interactivo, en el que los formadores crean espacios para compartir experiencias y cambiar impresiones entre los miembros del equipo, fortaleciendo el compromiso y la participación.
¿Existe la fórmula perfecta? La combinación ideal es la integración de la tecnología desde la perspectiva del factor humano que establece la estrategia en función de las necesidades de cada empresa.
Los mitos sobre IA son candados inútiles en puertas que la realidad abre con la llave correspondiente a la estrategia de formación corporativa de cada empresa.
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